Se necesitan solo 14 calendarios diferentes para cubrir todas las posibilidades; siete para años regulares y siete para años bisiestos. Esto porque el primer día de un año sólo puede comenzar con alguno de los 7 días de la semana.
Desde luego sin tomar en cuenta que el domingo de Pascua cambia año con año, por motivos de la fecha de ocurrencia de la luna llena después del equinoccio de marzo, que marca el inicio oficial de la primavera en todo el hemisferio norte. Esto debido a reglas establecidas por la Iglesia desde el año 325. Sin embargo, para evitar un poco este vaivén, la iglesia estableció que el equinoccio de marzo siempre será el día 21.
Ni sin tomar en cuenta que solsticios, equinoccios, perihelio, afelio y lluvias de meteoros podrían tener pequeños cambios (un día quizás).Desde luego las lunaciones, perigeos y apogeos, pues no calzarán con los calendarios de los diferentes años, porque estos fenómenos astronómicos de menor período tampoco dependen del calendario.
Entonces, el calendario del año 2024 es igual (con las excepciones anotadas) al de los
años: 1872, 1912, 1940, 1968, 1996, 2052, 2080, 2120. etc.
El calendario del 2024 sólo podrá usarlo (¡el esqueleto!) hasta el año 2052.
Recuerde que un calendario es un conteo y una organización arbitraria. Una decisión humana y como tal no tiene ninguna influencia sobre la naturaleza. Por el contrario, la ocurrencia de ciertos fenómenos naturales relativamente periódicos, especialmente los astronómicos, ha determinado el diseño de diversos calendarios.
¿Nota un patrón repetitivo en el listado de los años 👆?
¡Saltos no consecutivos de 28 y de 40 años, en años bisiestos (y de 11 y 6
en años en los no bisiestos!, hay que probarlo).
Bueno, volvamos al
asunto de los calendarios.
Supongo que sabe que el
periodo de revolución de la Tierra alrededor del Sol, de perihelio a perihelio
(o de equinoccio a equinoccio), es 365 días, 6 horas y unos cuantos minutos
y segundos más.
Pero un calendario civil solo puede tener un número entero de días, por eso
escogemos tres de 365 días y uno de 366 para promediar y compensar un poco el
inevitable desfase entre un calendario y las estaciones, por ejemplo.
Ahora veamos por qué el calendario del 2024 lo podrá usar hasta dentro de 28 años; en el 2052.
Es un problema de simple matemática (que yo hice “a pie” y con ayuda de Google).
365 días ÷ 7 = 52 semanas + 1 día.
366 días ÷ 7 = 52 semanas + 2 días.
Entonces:
- El primero de enero de un año que sigue a un año ordinario tiene un avance de 1 día; inclusive si ese año siguiente es bisiesto (domingo 1/1/2023; lunes 1/1/2024).
- El primero de enero que sigue a un año bisiesto tiene un avance de dos días (lunes 1/1/2024; miércoles 1/1/2025).
Lun
1/1/2024 |
Mie |
Jue |
Vie |
Sab
1/1/2028 |
Lun 1/1/2029 |
Mar
1/1/2030 |
Mie 1/1/2031 |
Jue |
Sab
1/1/2033 |
Dom |
Lun |
Mar |
Jue |
Vie |
Sab |
Dom |
…1/1/2041 |
... |
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- Continuar la secuencia hasta el 1/1/2052 y verificar que tiene que esperar hasta ese año para que el primero de enero sea lunes.
- Hacer un análisis para años no bisiestos. Puede comenzar con el domingo 1/1/2023.
- ¿Por qué el calendario del 2024 no se puede usar en el
2104 pero si en 2120?
¿Tendrá que ver que el año 2100 no será bisiesto, a pesar de que 2096 y 2104 si lo serán?
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